jueves, 8 de mayo de 2014

La Alectomancía











La alectomancía, es un método de adivinación muy antiguo, que utilizaba la figura de un gallo, para adivinar el futuro. En un círculo, dibujado en el suelo o en un cuadrado, se dividía en las diferentes letras del alfabeto; colocando semillas en cada una de ellas. Al soltar el gallo, en la letra que comía, se iba escribiendo, en un pedazo de papel, y de la palabra que  surgía;  se vaticinaba el futuro o se analizaba el presente.  La palabra Alectomancía es de origen griego.



La palabra griega alektor  significa gallo.  También otro método, el de contestar a preguntas: si o no. Una práctica muy común en la antigua Europa.  Colocaban dos pequeñas montanas de granos, donde los  granos de la izquierda, significaba Si, y los granos de la derecha; significaban No.  La técnica, sencilla. Al soltar el gallo, este solía correr a comer en uno de los dos lados, quedando así contestada la pregunta, cuya respuesta era contestada con sí o no.



Esta práctica, en pleno auge Europeo, llego a la consagración de Gallos, solamente para este fin.  Siendo, los más acertados o que menos fallaban, motivo de respeto y reconocimiento hasta su vejez y posterior muerte.  Incluso, el gallo, con mas aciertos, era considerado una herramienta sagrada, y era una ave, muy codiciada para el apareamiento; siendo sus hijos, muy costosos y muy solicitados.  Para los gallos menos afortunados o con menos aciertos, es obvio que su muerte a temprana edad era ya segura.




Fuente:  Nemuel




miércoles, 7 de mayo de 2014

Alomancia o Salimancia










Se le llama así al método de adivinación que utiliza la sal para sus augurios. Es una mancia muy remota, ya que nació en la época de la Roma antigua.


La sal era tan preciada porque se trataba de un producto muy escaso y era complicado que lo obtuvieran los pueblos alejados de las zonas costeras. Era común el tráfico de la sal, un bien muy buscado tanto para diferentes rituales, ceremonias y ofrendas, como para tener una buena salud. Además era una forma de pago.


De hecho, la palabra salario tiene su origen en que se les pagaba a los soldados romanos con saquitos de sal, y viene del latín salarium, “pago con sal”.


Por tanto, ningunear la sal o el hacer que por un descuido se derramara, se consideraba como una ofensa a los dioses paganos. De hecho, aun hoy en día tirar la sal o pasarla de mano en mano es sinónimo de mala suerte, y para evitar esos efectos dañinos hay que tirar algo de sal del salero hacia atrás sobre el hombro izquierdo.


A partir de su carácter sagrado se asocio la sal al fuego como un método adivinatorio. La forma de hacerlo es muy sencilla: se arrojan unos granos de sal al fuego, con un movimiento rápido, y se escucha el ruido o chisporroteo que producen.


Dependiendo de su fuerza al crepitar, así se realiza la interpretación, es decir, si los granos crepitan con fuerza, es un signo positivo de fortuna.


Pero si suenan débiles y casi sin fuerza, es que la fortuna no está demasiado cerca. Además del interpretar el ruido, también se leen las formas del humo formado por la combustión de la sal en el fuego, o la naturaleza de las llamas formadas. Así, el futuro se presenta bastante bueno si las llamas son claras y brillantes.


Además de arrojar la sal a la hoguera, la alomancia suele practicarse actualmente vertiendo una cucharadita de sal sobre una bandeja, mesa o superficie plana, e interpretando las formas que deja el azar.



Fuente: Las Mancias




martes, 6 de mayo de 2014

Aritmomancia o Numerología











Método para decir la buenaventura basado en nombres y números. A diferencia de otros métodos de predicción del futuro, la aritmomancia no trata de interpretar imágenes confusas ni de atribuir significados a formas y garabatos hechos al azar, sino que se fundamenta en reglas puras y duras y en cálculos matemáticos.



HISTORIA Y MODO DE USAR LA ARITMOMANCIA:



Los magos y hechiceros llevan más de dos mil años utilizando la aritmomancia para ayudar a la gente a analizar y desarrollar su talento y sus puntos fuertes, superar obstáculos y trazar su camino en el futuro. También es conocida como numerología, la aritmomancia se basa en dos ideas muy antiguas.



La primera es que el nombre de una persona contiene pistas importantes acerca de su carácter y destino.



La segunda, enunciada hace más de 2500 años por el sabio griego Pitágoras, es que cada uno de los números entre el 1 y el 9 posee un significado único que puede ayudar a la comprensión de todas las cosas. 



Los aritmomanticos combinaron ambas ideas y, con el paso de los siglos, desarrollaron muchos sistemas complejos mediante los cuales podían convertir nombres en números y luego analizar los resultados. Uno de los sistemas más utilizados consiste en extraer tres números clave a partir del nombre de la persona e interpretar el resultado según una serie de significados preestablecidos. Este sistema era muy conocido en la Edad Media y sigue usándose hoy día. Lo único que se necesita es lápiz, papel y saber sumar y deletrear.



El primer paso para analizar un nombre es convertirlo en un grupo de números. Cada letra del abecedario tiene un valor numérico asignado entre 1 y 9 según la siguiente lista:








Para analizar cualquier nombre, escríbelo y debajo de cada letra anota su valor numérico correspondiente. Normalmente se usa el nombre y el apellido.



Cuando tengas escritos todos los números, súmalos. Según los procedimientos utilizados en aritmomancia, cuando el total excede de 9 debe "reducirse" a un solo digito sumando los números que lo componen, y hasta haciéndolo mas de una vez si fuera necesario.



El resultado final, es decir, el número reducido de todos los valores numéricos del nombre, se conoce como el Numero del Carácter. Este número indica el tipo general de personalidad del individuo, según un sistema de interpretaciones que expondremos más adelante.




El siguiente número que se calcula es el Numero del Corazón, que se refiere a la vida interior del individuo y que, según se dice, indica los deseos y miedos ocultos. El Numero del Corazón es el total reducido de todas las vocales que contenga el nombre.




El tercer número que se calcula es el Numero Social, que se refiere a la personalidad externa, a la cara que el individuo muestra al mundo exterior. El Numero Social se determina sumando el valor numérico de las consonantes del nombre.





Con los números del Carácter, del Corazón y Social resulta posible trazar un retrato del sujeto utilizando un conjunto de rasgos positivos y negativos asociados tradicionalmente con cada número. 



Estos números se basan en parte en las ideas de Pitágoras, pero también recibieron la influencia de otros muchos sabios.



Fuente: El Mago