Muchas veces en nuestra vida nos
sentimos "sucios", cargados, densos de algo que nos frena en nuestras
ideas, nuestros proyectos y que hagamos lo que hagamos nos lo frena sin que
nada podamos hacer.
Todos estos casos en que la vida
va toda nefastamente mal son síntomas claros de que en nuestro campo energético
hay una gran capa de negatividad que hace que económicamente, sentimentalmente
y/o físicamente haya muchos obstáculos y barreras que nos dominan.
Para limpiar nuestra aura y
liberarla de la densidad, puedes tomar como apoyo el proceso de la meditación,
la oración, los mantras, los mándalas, las visualizaciones para mantener tu
energía y tu entorno en una vibración coherente y saludable.
Todo este tipo de procesos ayudan
a lograr cambios internos que poco a poco nos llevarán a liberar cualquier
situación negativa.
Debemos recordar que el aura es
el reflejo de nuestra personalidad, de nuestro interior, de nuestra experiencia
y aprendizaje. No hay manera de mantener limpia el aura como no sea cambiando y
puliendo nuestros pensamientos y actitudes hacia la más pura vibración. Cuando
trabajamos con nuestro interior, estamos trabajando también con el amor y
nuestra propia voz, con nuestro corazón.
Si nos acostumbramos a
escucharnos a nosotros mismos y a abrir el corazón, será más fácil escuchar la
voz del amor cuando éste llegue a nosotros.
LOS BENEFICIOS
• Limpieza
y purificación de la energía personal.
• Relajación
física y mental.
• Mayor
capacidad de concentración.
• Mejoría
del estado de ánimo.
• Fortalecimiento
de la salud general, así como del bienestar espiritual y emocional.
• Aumento
de la autoestima y mayor sociabilidad
LA PURIFICACIÓN
Siéntese cómodamente, con la
columna recta, o, si lo prefiere, acuéstese en el piso con los brazos extendidos
a lo largo del cuerpo. Posteriormente, inhale y exhale profundamente siete
veces.
En tanto, trate de percibir el
fluir suave del aire que entra y sale por sus pulmones. Visualice una llama
color dorado, debe provenir de su corazón y extenderse por todo el cuerpo.
Mantenga la respiración relajada e intente teñir con su color cada una de sus
zonas internas. Luego, eleve la energía, sienta cómo se expande por todo el
lugar. En este momento, debe percibir que esta nueva fuerza que surge de usted
es tan fuerte, que ilumina todo el espacio con su resplandor.
Finalmente, con sus manos, haga
como si sacudiera con firmeza la suciedad de su cuerpo. Empiece por los pies,
de abajo hacia arriba, y concluya en la cabeza. Sienta cómo saca el desperdicio
al piso. Mentalmente, piense que remueve la energía negativa y la oscuridad que
le impiden estar bien. Si al finalizar lo cree necesario, repita este proceso
dos veces más. Recuerde limpiar con regularidad su aura, nunca se sabe en qué
momento nuestra luz vital puede verse dañada.
Fuente: Internet